A menos que opere una fábrica de cerveza, ningún empleado debe oler a alcohol. Un empleado que llega al trabajo oliendo a alcohol probablemente cause problemas con sus compañeros de trabajo y clientes. Si el empleado aparece bajo la influencia del alcohol, la situación empeora aún más. Los gerentes tienen el poder de lidiar rápidamente con este tipo de problemas y hacer saber a todos los empleados que oler a alcohol en el trabajo es completamente inaceptable.
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Reúnase con el empleado en privado. Explíquele que es inaceptable apestar a alcohol en un entorno profesional. Repase la política de higiene de la empresa y dígale que se espera que todos sigan las reglas básicas de higiene.
2
Explique los efectos en la empresa de un empleado que huela a alcohol. Por ejemplo, suponga que su negocio se basa en atender a los clientes. Dígale al empleado que si un cliente huele alcohol a un trabajador, podría dañar permanentemente la reputación de la empresa.
3
Resume la gravedad de la infracción. Explique el tipo de disciplina que puede esperar el empleado.
4
Envíe al empleado a casa. Si el empleado parece cumplir, dígale que se vaya a casa, se cambie de ropa, se duche y regrese. Si parece estar bajo los efectos del alcohol, llame a un familiar, amigo o taxi para que lo recoja. Dígale al empleado que no recibirá crédito por las horas trabajadas en casa.
5
Hable con el empleado una vez que regrese a trabajar. Pregúntele si considera que sus hábitos de bebida son un problema. Insístale a que busque rehabilitación si es un problema que parece que no puede resolver por sí solo. Si su empresa tiene un programa de asistencia, ofrezca inscribirlo en el programa. Dígale que la compañía lo apoyará en sus esfuerzos, pero que es un problema que debe corregir.