Las personas tienen un jefe o entrenador que recuerdan. La razón podría ser que la persona era un candidato digno de un papel de villano cinematográfico. O podría deberse a que esa persona ayudó a que una organización avanzara de maneras inesperadas. Una de las razones para tener un jefe memorable podría ser el estilo de liderazgo de la persona.
Líderes transaccionales
El estilo de liderazgo transaccional requiere líneas duras entre líderes y seguidores. Este tipo de líder se enfoca en intercambios de beneficios o transacciones con subordinados. Los líderes transaccionales creen que las personas están motivadas por recompensas y castigos. Para un líder transaccional, la promesa de recompensa impulsa a los seguidores a alcanzar su máximo potencial.
Líderes transformacionales
Los líderes transformacionales se ven a sí mismos como ingenieros sociales de alguna manera. Buscan realizar cambios y mejoras en las personas y los sistemas sociales. A este tipo de líder le gusta evaluar las fortalezas y debilidades de los seguidores y usar esa información para ayudarlos a lograr lo mejor. El líder transformacional también se identifica con los seguidores y se inspira en las interacciones con los subordinados.
Elegir un estilo
Un líder no tiene que ser puramente transaccional o puramente transformacional. Ambos tienen pros y contras. Los líderes transaccionales manejan un barco estrecho, por así decirlo. Definen claramente roles y responsabilidades. La dependencia de las recompensas y los castigos puede generar resultados duros, como recortes salariales y una alta rotación de la organización si el equipo tiene un rendimiento inferior.
Los empleados de un líder transformacional pueden sentirse muy valorados y amar su trabajo. Por otro lado, el equipo de un líder transformacional puede no ser el más disciplinado. Además, los empleados pueden sentirse agotados si no están en la posición adecuada.
Adaptarse a la situación
No es necesario adherirse estrictamente a un estilo u otro. Hay espacio para ambos. Dependiendo de los cambios en la situación, tener la capacidad de ser directivo e inspirador puede ser un mérito. Un entrenador que dirige un equipo de baloncesto puede ser inspirador en el vestuario antes del juego, pero usa una combinación de recompensas y castigos mientras está en la cancha. La combinación correcta de estos estilos podría resultar en una victoria. Lo mismo ocurre con otros tipos de líderes.