Cómo lidiar con los llorones en el trabajo

La naturaleza de los entornos laborales lleva a las personas a quejarse de vez en cuando. Algunos empleados tienden a convertir esas quejas en sesiones de lloriqueos. El lloriqueo se caracteriza por una actitud negativa sin el deseo de cambiar realmente el problema. Los empleados que lloriquean pierden su propio tiempo y el de otros empleados que escuchan. También bajan la moral y, a veces, transmiten la negatividad a otros miembros del personal. Aprender a lidiar con empleados quejumbrosos puede ayudar a los compañeros de trabajo a mejorar sus actitudes, realizar mejoras en el lugar de trabajo y crear una moral mejorada en general en la oficina.

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Desarrollar un sistema formal en el lugar de trabajo para presentar quejas o hacer sugerencias para mejorar. Esto les da a los empleados la oportunidad de ser escuchados de una manera que podría marcar la diferencia, por lo que es menos probable que se quejen o se quejen. Revise las sugerencias y responda a ellas cuando sea posible para alentar a los empleados a continuar usando este sistema productivo.

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Trabaje para realizar cambios positivos en el lugar de trabajo según las sugerencias que reciba. Hacer mejoras muestra a los empleados que desea marcar la diferencia. Es posible que vea un aumento en la moral que ayude a reducir las quejas.

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Hable con todos los empleados, incluso con los que tienden a quejarse, de manera positiva. Felicite a los empleados por las cosas que hacen bien para que sean un cumplido sincero. Fomentar un ambiente de trabajo positivo puede ayudar a los empleados negativos y llorones a mejorar lentamente sus actitudes, especialmente si el lloriqueo no está relacionado con el trabajo.

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Escuche al empleado quejándose por un tiempo limitado para determinar si hay alguna validez en el quejido. Tenga en cuenta que las quejas pueden enmascarar un problema real que es una preocupación legítima en la empresa.

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Pídale sugerencias a la persona sobre cómo podría cambiar la situación. Anime a un empleado quejumbroso a pensar en soluciones que él mismo pueda emplear sin que la gerencia realice ningún cambio en las operaciones. Por ejemplo, si el empleado se queja de que el personal de producción no se comunica, podría reunirse con la persona de contacto en el departamento de producción para idear un método específico para enviar correos electrónicos o comunicarse por otro método sobre actividades específicas dentro del departamento.

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Anime al empleado quejumbroso a que actúe sobre los problemas que pueda remediar o mejorar. Brinde ayuda cuando sea necesario, pero anime a los empleados a ser proactivos dentro del alcance de sus trabajos para que no termine con todos los empleados acudiendo a usted para resolver sus quejas.