La Ley de Moore establece que la potencia informática de un solo microchip debería duplicarse aproximadamente cada dos años a medida que los científicos descubren cómo encajar cada vez más información en un espacio cada vez más pequeño. Debido a la Ley de Moore, los nuevos modelos de computadora son consistentemente más pequeños, más livianos, más rápidos y más poderosos que los modelos anteriores por el mismo precio, con implicaciones para casi todos los tipos de negocios.
No es exactamente una ley
La frase "Ley de Moore" implica algo confiable y probado que sucede por sí solo, como la ley de la gravedad, pero la Ley de Moore no es una ley en este sentido. En un artículo de 1965 en Electronics Magazine, Gordon E. Moore predijo una duplicación anual en la cantidad de componentes que cabrían en un circuito de computadora integrado. Los desarrolladores y diseñadores tomaron esto como un desafío y lo convirtieron en una profecía autocumplida, aunque los términos de la Ley de Moore cambiaron con el tiempo a medida que cambiaba la tecnología. En su forma actual, la Ley de Moore establece que la cantidad de transistores por semiconductor debería duplicarse cada dos años sin costo adicional, lo que permite a la industria informática ofrecer más potencia de procesamiento en dispositivos informáticos más livianos y pequeños por la misma cantidad de dinero cada dos años. La industria se ha mantenido al día con esta predicción durante décadas, pero nadie puede estar seguro de que esto continuará.
Apostando por la Ley de Moore
Las empresas que fabrican o venden dispositivos informáticos basan sus planes comerciales en la Ley de Moore. Los modelos más antiguos se vuelven obsoletos constantemente cuando los modelos más nuevos son más livianos y pequeños, pero pueden almacenar más datos, navegar por Internet más rápido y ejecutar software más sofisticado. Un cliente con una computadora portátil o un teléfono inteligente en funcionamiento podría ir a la tienda y comprar el nuevo modelo si puede hacer el doble. Por otro lado, el fracaso de la Ley de Moore obligaría a los proveedores de teléfonos móviles, diseñadores de software y fabricantes de computadoras a reconsiderar su enfoque, porque los clientes tendrían menos razones para estar interesados en modelos más nuevos.
Ley de Moore en Wall Street
Las firmas de inversión de Wall Street comercian con instrumentos financieros tan complicados que ni los compradores ni los vendedores los entienden completamente. Estos productos se diseñan con la ayuda de físicos y profesores de informática que utilizan productos informáticos complejos que se vuelven más rápidos y complicados de forma continua gracias a la Ley de Moore. Según un artículo de 2012 de Quentin Hardy en "The New York Times", la complejidad de estos instrumentos financieros hace que sea difícil para cualquiera evaluar con precisión el riesgo, lo que resulta en recesiones periódicas como la crisis financiera de 2008. Si la Ley de Moore sigue siendo precisa, los instrumentos financieros de Wall Street pueden volverse aún más complicados e impredecibles.
Nada dura para siempre
La Ley de Moore ha demostrado ser bastante precisa durante las últimas décadas. Había 2300 transistores en un chip Intel en 1971 y hasta 7 mil millones en 2013. Sin embargo, puede haber límites a la Ley de Moore. En una entrevista con "Forbes", Bernard Meyerson de IBM señaló que los semiconductores se están volviendo tan pequeños que deben medirse en nanómetros. Se aplican leyes de la física completamente diferentes a objetos extremadamente pequeños, por lo que Meyerson cree que los diseñadores pueden estar acercándose a un límite práctico para el tamaño de los semiconductores. Si los diseñadores no pueden encontrar otra forma de abordar el tema de la potencia de procesamiento, la Ley de Moore puede detenerse.