Los sindicatos cobraron importancia en un momento en que los países industrializados crecían a un ritmo vertiginoso, la seguridad de los empleados era a menudo secundaria a las ganancias y la seguridad en el empleo era inexistente. Hoy en día, muchos de esos problemas se han corregido, en gran parte gracias al trabajo de los sindicatos. Los sindicatos modernos han cambiado su enfoque a una serie de cuestiones específicas y trabajan con la dirección para proteger los intereses de sus miembros en esas áreas.
Estabilidad laboral
Uno de los problemas más fundamentales para los líderes y miembros sindicales es la estabilidad laboral a largo plazo. Los sindicatos creen que las empresas tienen el deber de retener a los empleados que trabajan duro y luchar contra los despidos y despidos. En muchos casos, abogan por la estabilidad laboral en una comunidad, luchando contra los planes de la empresa para reducir el número de empleados, incluso mediante la deserción. La gerencia de la empresa a menudo argumenta que esto impide que la organización se mantenga al día con la tecnología, lo que reduce la dependencia de ciertos empleados, haciéndolos menos competitivos. También sienten que la protección de los puestos de trabajo a toda costa evita que la empresa se deshaga de los trabajadores deficientes.
Protección de pensión
Los sindicatos se han interesado cada vez más en proteger los planes de pensiones que se ofrecen a sus miembros como parte de su plan de compensación. Los planes de pensiones que fueron mal administrados por los empleadores, en detrimento del personal, han puesto el tema en primer plano. Los sindicatos luchan arduamente por la supervisión adecuada de los fondos, que creen que son propiedad legítima de sus miembros. Los ejecutivos de la empresa sienten que, como contribuyentes a los fondos, tienen derecho a administrarlos como parte de la cartera corporativa, beneficiándose de las reducciones y créditos fiscales. Argumentan que algunas fallas de alto perfil no constituyen un patrón de mala gestión.
La negociación colectiva
El poder de los sindicatos radica en su capacidad para negociar con la dirección en nombre de toda la población activa sindicalizada. Su arma más poderosa es su derecho a dejar de trabajar si fracasan las negociaciones. Utilizan la negociación colectiva para luchar por salarios más altos, mejores beneficios y condiciones de trabajo más seguras. Los ejecutivos de la empresa no siempre están de acuerdo con la negociación colectiva porque trata a toda la fuerza laboral como iguales y no reconoce la diferencia entre los trabajadores que sobresalen y prosperan y los que tienen un desempeño deficiente. Argumentan que compensar a los empleados por su desempeño es mejor para la empresa que compensar al colectivo.