Las estrategias son acciones que realiza una empresa para competir de manera más agresiva, adquirir clientes adicionales y operar la empresa de manera más rentable. Un plan estratégico exitoso proporciona la información y la orientación que el equipo de administración necesita para administrar la empresa con mayor eficiencia y ayudar a la empresa a alcanzar su máximo potencial. La planificación estratégica ayuda a los gerentes a tomar decisiones basadas en supuestos lógicos y una visión más clara del futuro.
Posiciones Empresa vs. Competidores
La planificación estratégica crea un plan de juego que el equipo de gestión debe seguir para afrontar los desafíos que plantean los competidores. Durante el proceso de planificación, se analizan las debilidades de los competidores. Las estrategias de marketing de la empresa se diseñan para aprovechar estas debilidades al posicionar a la empresa como una empresa que ofrece una combinación superior de productos y servicios a sus clientes objetivo. El posicionamiento también significa asegurarse de que la empresa no desperdicie recursos tratando de competir en un área donde un competidor ya ha establecido un dominio de mercado claro y sostenible.
Pronostica con precisión el futuro
El plan estratégico ayuda a una empresa a predecir cuáles son sus mejores oportunidades de crecimiento: los clientes objetivo ideales, los mejores mercados para atender. La compañía pronostica el crecimiento esperado en los sectores comerciales actuales, y se identifican nuevos mercados emocionantes para que la compañía ingrese en el futuro. La capacidad de pronosticar con razonable precisión evita que la empresa cometa errores estratégicos, como comprometer grandes cantidades de capital para ingresar a un mercado que inicialmente parecía prometedor pero que resulta insignificante en tamaño o no rentable.
Proporciona medidas de rendimiento
El plan debe proporcionar a la gerencia metas cuantificables y pronosticar ingresos y gastos que luego puedan compararse con los resultados financieros reales. La gerencia necesita saber qué productos, servicios y mercados están contribuyendo más a los resultados de la empresa y cuáles no están a la altura de las expectativas. Parte de la planificación estratégica es la planificación de contingencias, ya que se han pensado cambios en la estrategia que se pueden implementar cuando las estrategias originales resultan ineficaces.
Facilita la asignación eficiente de recursos
Todas las empresas deben ser juiciosas con la forma en que emplean su capital, tiempo, personas y capacidad productiva. La planificación proporciona un medio lógico para tomar estas decisiones: los gerentes se ven obligados a explicar por qué cada decisión tiene sentido y, si es posible, cuantificar el posible beneficio financiero de cada gasto. Si un gasto corriente no puede justificarse, estos recursos pueden liberarse para usos más productivos.
Establece objetivos a largo plazo
El proceso de planificación estratégica obliga a los gerentes a mirar más allá de los desafíos urgentes que deben enfrentar en el día a día y enfocarse en formular una visión a largo plazo para construir el negocio. Esta es la parte creativa de la planificación: poder imaginar a la empresa creciendo continuamente y ganando participación de mercado, y luego determinar la secuencia de acciones estratégicas y los recursos necesarios para convertir estos objetivos imaginados en realidad.
Crea cultura de planificación
Si los dueños de negocios llevan a cabo el proceso de planificación con entusiasmo y reconocen las contribuciones de todos al producto final, la empresa puede transformarse en una donde la planificación estratégica sea continua, no solo en un proyecto anual. Los gerentes comienzan a ver sus roles como un intento constante de hacer que las áreas de las que son responsables operen de manera más eficiente. Desarrollan la capacidad de detectar oportunidades de mercados emergentes e innovaciones potenciales. El plan estratégico exitoso puede inspirar a los gerentes a mirar hacia el futuro cada día.