Las cadenas de mando representan la delegación de autoridad a varios niveles de una organización. Los diferentes niveles de la jerarquía tienen la autoridad para tomar decisiones específicas, y las expectativas son que todos se muevan hacia arriba y hacia abajo en la cadena con precisión. Cuando funciona correctamente, libera al propietario de la empresa para que se concentre en los aspectos de nivel superior de la empresa. Pero sin las políticas y los procedimientos adecuados, puede generar problemas a lo largo de la cadena.
Autoridad de asignación
En una estricta cadena de mando, la autoridad está delineada en cada nivel jerárquico. Las preguntas e inquietudes suben y bajan en el organigrama paso a paso. En una pequeña empresa minorista, por ejemplo, un supervisor de turno tiene autoridad durante su tiempo en el trabajo, pero puede tener que recurrir al gerente para cumplir funciones específicas, como devoluciones por encima de una determinada cantidad. El gerente, a su vez, espera que el supervisor resuelva la mayoría de las disputas entre los trabajadores de ese turno. Los gerentes tienen mayor autoridad, pero deben recurrir al propietario para tomar decisiones más importantes. La expectativa es que los problemas se manejarán en el nivel más bajo posible; por ejemplo, el supervisor manejaría una disputa sobre las horas de turno, en lugar de llevarla de inmediato al propietario de la empresa.
Crea una estructura clara
Uno de los beneficios de una cadena de mando es que establece una estructura firme y una responsabilidad. Las políticas deben documentar claramente el nivel en el que se toma cada decisión y prohibir que cualquiera salte la cadena, excepto en casos muy específicos. Limitar las decisiones financieras a los eslabones superiores de la cadena, por ejemplo, reduce el riesgo de que los empleados de nivel inferior asuman compromisos comerciales imprudentes que resten valor al resultado final. La separación de las autoridades a lo largo de la cadena también reduce el riesgo de que los empleados seleccionen cuidadosamente a quién plantean preguntas en función de la probabilidad de que se tome una decisión a su favor.
Manténgase dentro de los límites
La cadena de mando impone la responsabilidad de que todos conozcan su lugar en la cadena y se mantengan dentro de esos límites. Si el propietario de un negocio interviene y microgestiona las horas y las tareas del turno, por ejemplo, eso restringe la autoridad del supervisor de turno y deja a los empleados sin saber a quién acudir. Todos los miembros de la cadena deben tener claro cuáles son sus autoridades, quiénes son. reportar y a quién supervisan.
Rompiendo la cadena
Una desventaja de la cadena de mando es que puede evitar que los responsables de la toma de decisiones de alto nivel se enteren de problemas críticos en la línea. Si una cajera se siente acosada sexualmente por un compañero de trabajo y el supervisor de turno no toma en serio sus quejas, es posible que se sienta incapaz de tomar medidas adicionales debido a la cadena de mando. Esto puede dejar a su empresa responsable si continúan las acciones inapropiadas. Los procedimientos de la cadena de mando, por lo tanto, también deben incluir disposiciones que permitan eludir los enlaces en situaciones específicas si los eventos lo justifican. Si un empleado siente que su supervisor está ignorando las medidas de seguridad que ponen en riesgo a la tienda, o si un supervisor determina que su gerente está actuando de manera poco ética, las políticas deben permitir que se evite un eslabón de la cadena para abordar estas inquietudes.